Imagina que eres como uno de esos chips que se programan con infrarrojo... radiación... energía, finalmente. Imagina ahora que estás rodeado(a) de 12 reflectores de distinta energía cada uno, pero que no puedes ver porque estás encerrado en un espacio cilíndrico, completamente obscuro.
Esos "reflectores" representan los signos del zodíaco, y su "energía" representa las características, positivas y negativas, de cada uno.
Ahora se hace un pequeño orificio para que pueda pasar un poco de la energía de cada uno de ellos (esto representaría las cúspides de cada una de las casas). Uno de esos orificios, que corresponde con la primera casa y al que llamaremos Ascendente, será más grande que los demás, por lo que dejará pasar más de esa energía en particular.
Después imagina que se hacen otros 10 orificios delante de algunos de esos reflectores. Puede haber más de un orificio en uno solo de ellos y, así mismo, puede no haber ninguno (salvo aquellos de las cúspides) en otros. Los orificios que representan al Sol y la Luna serán incluso más grandes que el del Ascendente, mientras que el que representa a Mercurio será casi tan grande como aquel. Los demás orificios (de los astros) serán más pequeños que los anteriores pero más grandes que los de las cúspides.
Lo que obtenemos finalmente es una combinación de esas energías, en distintas magnitudes, y la resultante seríamos nosotros, como un chip programado. Resultaría fácil reconocer las características provenientes de los orificios más grandes, pero también habrá algunas ahí, en menor grado, que no encajarán nunca con esos patrones y que tal vez sólo sean reconocibles en ciertas circunstancias, ya que cada orificio funcionará como un "filtro", es decir, que dejará pasar las características del reflector ante el que se encuentra pero lo hará de acuerdo con el "canal" en el que se manifiesta cada orificio (astro).
Por ejemplo, el Ascendente representa nuestra manera de expresarnos o proyectarnos al mundo exterior, y por ello podríamos decir que corresponde a nuestra personalidad.
El Sol representa nuestra esencia, nuestra energía vital, los ojos con los que vemos el mundo y la manera en la que buscamos satisfacer nuestras necesidades. Sería lo que comúnmente llaman el "signo" de una persona.
La Luna, en cambio, es nuestro filtro emocional. La manera en que sentimos; nuestras necesidades emocionales.
Mercurio sería el filtro intelectual; la manera en que se llevan a cabo nuestros procesos de razonamiento y nuestra manera de comunicarnos también.
Venus representa nuestro filtro afectivo y estético. La manera en que damos y/o deseamos recibir afecto; la manera también de cómo percibimos la armonía y la belleza en esta vida.
Marte representa nuestra energía dinámica y también la sexual.
Y así con cada uno de los demás astros.
En este momento, algunos podrán deducir por qué alguien que teniendo un signo muy sociable es muy reservado; o por qué alguien aparentemente tan fuerte de caracter pueda ser vulnerable o dependiente emocionalmente; o por qué alguien de quien esperan una actitud más altruista es tan ambicioso o egoísta; etc., etc., etc.
Pero, sobre todo, espero que entiendan que todos somos únicos. Que aún siendo de un mismo signo podemos ser muy diferentes. Que no podemos generalizar porque cada caso se debe estudiar y analizar a detalle de manera individual.
Hay algo importante que mencionar aquí. Esa "resultante energética", que podemos comprender mejor como un perfil psicológico que delinea nuestro carácter y personalidad, es sólo un indicio de lo que potencialmente podemos ser al momento de nacer. Hay 2 factores que pueden acrecentar o atenuar algunas de esas características.
Uno de ellos está determinado por las condiciones en las que vivimos, y eso afectará las decisiones que vamos tomando, y cada uno de nosotros es el resultado de todas las decisiones que ha tomado hasta este momento y la manera en que nos afectan y encaramos sus respectivas consecuencias.
El otro factor es el libre albedrío, es decir, el derecho que tenemos para ejercer nuestra voluntad, y así tomar una decisión o la otra, en lugar de ser individuos que actúen sólo por instinto o por modelos estadísticos o por influencias externas.
Además hay que mencionar la lucha permanente cuando tratamos de modificar o erradicar algo que no nos agrada o no nos parece conveniente de nosotros mismos (tarea que en muchos casos se limita a "controlar" algo únicamente mientras seamos capaces de mantener nuestra consciencia alerta).
En todo caso debemos entender que tenemos una naturaleza, la cual debemos conocer para poder controlar, en lugar de que esta nos controle a nosotros... lo cual sucede con la gente inconsciente o con aquellos que simplemente no quieren tener en sus manos las riendas de sus vidas... aquellos que prefieren ser hojas a merced del viento.
Se estarán preguntando ¿en dónde están las manzanitas? Bueno yo nunca dije que sería fácil de entender; simplemente uso analogías esperando que para algunos de los que lean esto les resulte más lógica la manera en que se puede interpretar una carta natal desde un punto de vista psicológico (ya que hay otras maneras de interpretarla).
Hasta pronto.
Esos "reflectores" representan los signos del zodíaco, y su "energía" representa las características, positivas y negativas, de cada uno.
Ahora se hace un pequeño orificio para que pueda pasar un poco de la energía de cada uno de ellos (esto representaría las cúspides de cada una de las casas). Uno de esos orificios, que corresponde con la primera casa y al que llamaremos Ascendente, será más grande que los demás, por lo que dejará pasar más de esa energía en particular.
Después imagina que se hacen otros 10 orificios delante de algunos de esos reflectores. Puede haber más de un orificio en uno solo de ellos y, así mismo, puede no haber ninguno (salvo aquellos de las cúspides) en otros. Los orificios que representan al Sol y la Luna serán incluso más grandes que el del Ascendente, mientras que el que representa a Mercurio será casi tan grande como aquel. Los demás orificios (de los astros) serán más pequeños que los anteriores pero más grandes que los de las cúspides.
Lo que obtenemos finalmente es una combinación de esas energías, en distintas magnitudes, y la resultante seríamos nosotros, como un chip programado. Resultaría fácil reconocer las características provenientes de los orificios más grandes, pero también habrá algunas ahí, en menor grado, que no encajarán nunca con esos patrones y que tal vez sólo sean reconocibles en ciertas circunstancias, ya que cada orificio funcionará como un "filtro", es decir, que dejará pasar las características del reflector ante el que se encuentra pero lo hará de acuerdo con el "canal" en el que se manifiesta cada orificio (astro).
Por ejemplo, el Ascendente representa nuestra manera de expresarnos o proyectarnos al mundo exterior, y por ello podríamos decir que corresponde a nuestra personalidad.
El Sol representa nuestra esencia, nuestra energía vital, los ojos con los que vemos el mundo y la manera en la que buscamos satisfacer nuestras necesidades. Sería lo que comúnmente llaman el "signo" de una persona.
La Luna, en cambio, es nuestro filtro emocional. La manera en que sentimos; nuestras necesidades emocionales.
Mercurio sería el filtro intelectual; la manera en que se llevan a cabo nuestros procesos de razonamiento y nuestra manera de comunicarnos también.
Venus representa nuestro filtro afectivo y estético. La manera en que damos y/o deseamos recibir afecto; la manera también de cómo percibimos la armonía y la belleza en esta vida.
Marte representa nuestra energía dinámica y también la sexual.
Y así con cada uno de los demás astros.
En este momento, algunos podrán deducir por qué alguien que teniendo un signo muy sociable es muy reservado; o por qué alguien aparentemente tan fuerte de caracter pueda ser vulnerable o dependiente emocionalmente; o por qué alguien de quien esperan una actitud más altruista es tan ambicioso o egoísta; etc., etc., etc.
Pero, sobre todo, espero que entiendan que todos somos únicos. Que aún siendo de un mismo signo podemos ser muy diferentes. Que no podemos generalizar porque cada caso se debe estudiar y analizar a detalle de manera individual.
Hay algo importante que mencionar aquí. Esa "resultante energética", que podemos comprender mejor como un perfil psicológico que delinea nuestro carácter y personalidad, es sólo un indicio de lo que potencialmente podemos ser al momento de nacer. Hay 2 factores que pueden acrecentar o atenuar algunas de esas características.
Uno de ellos está determinado por las condiciones en las que vivimos, y eso afectará las decisiones que vamos tomando, y cada uno de nosotros es el resultado de todas las decisiones que ha tomado hasta este momento y la manera en que nos afectan y encaramos sus respectivas consecuencias.
El otro factor es el libre albedrío, es decir, el derecho que tenemos para ejercer nuestra voluntad, y así tomar una decisión o la otra, en lugar de ser individuos que actúen sólo por instinto o por modelos estadísticos o por influencias externas.
Además hay que mencionar la lucha permanente cuando tratamos de modificar o erradicar algo que no nos agrada o no nos parece conveniente de nosotros mismos (tarea que en muchos casos se limita a "controlar" algo únicamente mientras seamos capaces de mantener nuestra consciencia alerta).
En todo caso debemos entender que tenemos una naturaleza, la cual debemos conocer para poder controlar, en lugar de que esta nos controle a nosotros... lo cual sucede con la gente inconsciente o con aquellos que simplemente no quieren tener en sus manos las riendas de sus vidas... aquellos que prefieren ser hojas a merced del viento.
Se estarán preguntando ¿en dónde están las manzanitas? Bueno yo nunca dije que sería fácil de entender; simplemente uso analogías esperando que para algunos de los que lean esto les resulte más lógica la manera en que se puede interpretar una carta natal desde un punto de vista psicológico (ya que hay otras maneras de interpretarla).
Hasta pronto.