Ya había escrito antes sobre los ciclos
solares, en particular sobre el Fuego
nuevo, y quedaba pendiente uno más personal: el Retorno solar, y en otra ocasión regresaré para analizar los
detalles que ocurren dentro de ese ciclo en particular, pues en esta ocasión
analizaré algunas curiosidades de los ciclos astrológicos.
Hay dos aspectos
que considerar en los ciclos. Uno es el movimiento de algún astro hasta
regresar a su posición original en una carta y el otro es cuando se analiza su
recorrido por los cuatro cuadrantes de la misma.
A los ciclos de
las luminarias se les llaman retornos o revoluciones solares y lunares; estos
últimos son ciclos muy cortos, y su interés está más enfocado a la activación
de puntos críticos de la carta. Los llamados planetas personales llegan a tener varios ciclos completos a lo
largo de nuestras vidas, mientras que los llamados planetas generacionales no podrán hacerlo, salvo, quizás, Urano.
Con respecto al
análisis del paso por los cuadrantes de la carta, se puede decir que cuando un
astro se desplaza por el primer cuadrante, sus características muestran cómo
hay que crecer, indicando nuevas áreas de aprendizaje. Cuando se encuentra de
paso por el segundo cuadrante nos indica cómo desarrollar lo aprendido, según
el astro y el signo por dónde transite. En el tercer cuadrante nos lleva a la
acción, para aplicar todo lo aprendido, y podemos ayudarnos de las experiencias
pasadas si el astro no es generacional (esos cuando mucho pasarán una vez por
ahí). En el cuarto cuadrante el propósito es crecer en influencia para consolidar
lo que se ha conseguido o aprendido en el período anterior. En todo momento,
hay que considerar de qué astro estamos hablando y por qué signos pasará a
través de cada cuadrante.
Pero el estudio de los moviemientos de los
astros en la Astrología es un poco más complejo de lo que parece, y me refiero
al análisis de ciclos de los planetas lentos, que parecen corresponder con
ciclos en la vida del ser humano, y esto resulta muy interesante.
Júpiter tarda 12
años en completar un ciclo y Saturno aproximadamente 29-30 años. Urano (84
años), Neptuno (165 años) y Plutón (248 años), nos dan períodos muy largos y
por eso son llamados planetas “generacionales”.
Para comprender
mejor el siguiente análisis de ciclos, es necesario conocer las características
astrológicas que se les atribuyen a los planetas, ya que esto aunado a los
períodos de tiempo en los que recorren una carta formando aspectos (relaciones
angulares) con sus posiciones natales, son particularmente significativos para
comprender nuestro desarrollo a través de los años (al menos idealmente).
7. Aproximadamente a los 7 años, Saturno hace la primera cuadratura con su
posición natal. Por este tiempo, el niño fantasioso comienza a enfrentarse con
las consecuencias de la realidad, empieza también a hacerse responsable de su
educación en la escuela, y es por esos años cuando en general comienzan a mudar
dientes (Saturno rige sobre el calcio y el sistema óseo).
12. A los 12 años Júpiter hace su primer retorno (conjunción con la posición
natal). Siendo el planeta del crecimiento y la expansión, coincide,
aproximadamente, con la llegada de la pubertad: el cuerpo se desarrolla más
allá del tamaño (crecimiento de vello, dimorfismo sexual), se activan órganos,
se secretan hormonas, etc.
14. Aquí tenemos (una vez más, aproximadamente) la primera oposición de
Saturno y el primer sextil de Urano (el rebelde): comienza la adolescencia;
problemas con la autoridad, con la disciplina y con la búsqueda de identidad.
21. Segunda cuadratura de Saturno y primera cuadratura de Urano. Período
complicado en el que hay conflictos por asumir responsabilidades de adulto y la
necesidad de libertad o independencia.
23 a 26. Con el segundo retorno de Júpiter, más el primer sextil de Neptuno y el
primer trígono de Urano (a veces se suma el primer sextil de Plutón), tenemos
la entrada a la vida adulta para buscar la realización profesional y la
consecución de la independencia.
28-30. Con el primer retorno de Saturno llegamos a un período de madurez en el
cual es posible asumir compromisos y responsabilidades a los que antes se huía
o se temía. Llegan templanza y sabiduría que ya no son de un joven impulsivo.
33. Llamada “edad del sol”, en este año las casas de la revolución solar son
las mismas que las natales, y se tiene un “reencuentro con uno mismo”, para
recapitular y proyectar. En otros ámbitos también se le conoce como la “edad
mística” o del “renacer”.
38-42. Llamada la edad de la “gran
crisis” o también la “segunda adolescencia”. Aquí tenemos le oposición de
Urano, la primera cuadratura de Neptuno y la segunda oposición de Saturno (en
algunas generaciones se podría llegar a dar la primera cuadratura de Plutón).
Se cuestiona la validez de los sistemas existentes, hay nostalgia por el
pasado, rebeldía, se buscan objetivos nuevos o diferentes. También es llamada
la “crisis de la mitad de la vida”, ya que Urano va a la mitad de su ciclo y
aspiramos vivir sólo uno de ellos (84 años). En algunos casos pueden aparecer
nuevamente barros y espinillas.
47 a 56. Llamados los “años positivos”, ya que a pesar de la cuadratura de Plutón
(si no apareció antes), encontramos el cuarto retorno de Júpiter, un trígono de
Saturno, primer trígono de Neptuno y segundo de Urano. Aquí habrá (si se ha
sabido llevar la vida) expansión, optimismo, estabilidad, sabiduría, visión.
58 a 60. En este tiempo, tanto Júpiter (en su quinto retorno) como Saturno (en su
segundo) regresan aproximadamente a sus posiciones natales. Esta es la entrada
a la llamada “tercera edad”, época de madurez y concreción.
84. El primer retorno de Urano, es el momento de cerrar un ciclo y liberarse.
Se dice que Urano “despierta y libera”, y en caso de llegar a esta edad,
después de 30,681 días… 736,344 horas… la liberación de la memoria senil y los
problemas físicos que caracterizan a los octogenarios es una recompensa.
¿Casualidad o causalidad? Que cada quien lo
decida.